*

Lo malo de las primeras presentaciones, ya sean musicales, literarias, teatrales o lo que sea, es que quieres las realizan suelen ignorar la posibilidad del error: una luz que no enciende, un micrófono que acopla o una cuerda rota. En fin, el espíritu colgado de un gancho. Y lo peor es que cuando eso ocurre rara vez se está preparado para hacerle frente. ¡Es una total sorpresa! De modo que el público siempre termina enterándose de que ahí hay un error, aun cuando ni remotamente deberían saberlo. Por lo que está en el artista (llamémosle artista) y sólo en él, afrontar el desafío o abandonarlo todo.

Tres pasos antes de saltar.
Diego Herrera.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Dejame tu comentario!