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Hablándole, comprendía Winston qué fácil era presentar toda la apariencia de la ortodoxia sin tener idea de qué significaba realmente lo ortodoxo. En cierto modo la visión del mundo inventada por el Partido se imponía con excelente éxito a la gente incapaz de comprender. Hacía aceptar las violaciones más flagrantes de la realidad porque nadie comprendía del todo la enormidad de lo que se les exigía ni se interesaba lo suficiente por los acontecimientos públicos para darse cuenta de lo que ocurría. Por falta de comprensión, todos eran políticamente sanos y fieles.

1984.
George Orwell.

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