*

Miro otra vez la pared. Qué parecido a un espejo, también, ese rostro. Imposible, ¿pues a cuántos conoces que reflejen tu propia luz? La gente es más a menudo —buscó un símil y lo encontró en su trabajo— una antorcha que arde hasta apagarse. ¿Cuántas veces la gente toma y te devuelve tu propia expresión, tus más escondidos y temblorosos pensamientos?

Fahrenheit 451.
Ray Bradbury.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Dejame tu comentario!