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Vio la luna baja en el cielo. La luna, y la luz de la luna. ¿Qué venía de donde? Del sol, naturalmente. ¿Y la luz del sol? Nacía de su propio fuego. Y así seguía el sol, día tras día, con fuego y fuego. El sol y el tiempo. El sol y el tiempo y el fuego. El fuego. El río lo balanceaba suavemente. El fuego. El sol y todos los relojes de la tierra. Todo se unió transformándose en algo muy simple. Luego de haber flotado mucho tiempo en la tierra, y poco tiempo en el río. Montag supo por qué no volvería a quemar. 
El sol ardía continuamente. Quemaba el tiempo. El mundo corría describiendo un círculo y giraba sobre su eje, y el tiempo quemaba los años y los hombres, de algún modo.

Fahrenheit 451.
Ray Bradbury. 

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