Sólo era un consuelo, quizá nada más que palabras vacías. Pese a ello, se sintió un poco mejor.
—No haces más que engañarte —dijo la Reina con acritud—. En eso los humanos siempre fuisteis los mejores.
—La reina de la laguna III: La palabra de cristal.
Kai Meyer.
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