*

–No puedo, no puedo —gritó Marianne— déjame, déjame, si te apeno, déjame, olvídame, ódiame. Pero no me tortures así. Qué fácil para aquellos que no tienen penas hablar de esforzarse.

Sensatez y sentimientos.
Jane Austen.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Dejame tu comentario!